Desde pequeña me sentaba en el viejo pórtico de la casa del campo de la tía Lucia a mirar la luna, soñando en cosas extrañas, era aquella oscuridad del entorno bajo el cielo estrellado e iluminado de la luna llena que hacia que mi mente soñara con aquel príncipe azul montado en su corcel blanco. Sin embargo, aquella cálida noche de verano sentada en el pórtico le vi pasar detrás de los altos robles que rodeaba la vieja casona. Te detuviste justo al frente de mi y aquella luna grande e iluminada se poso detrás de tu silueta. Sentí el mundo en mi corazón y una panal de abejas en mi estomago. De pronto te acercaste y me tomaste la mano en ese momento tu piel estaba cubierta de pelos, mas de lo normal, pero eso no me importo. Me llevaste detrás de la luna …y así mi vida comenzó entre la oscuridad de cada noche y en el mismo lugar.